martes, 1 de septiembre de 2009

Del susurro al grito.

Abro la ventana y me crujen los huesos.

Consuelo me diría que debería alegrarme, que el dolor es una manifestación de vida y que no hay dolor en la muerte. Pero yo le contestaría que hay demasiada muerte en el dolor. Muerte y sopitas y mierda. Me desplazo cual caracol de mi cama al sillón para sentarme ante la ventana y observar a los niños que juegan en el patio y a los bellos jóvenes que robándose besos y caricias desafían impunes el orden de las cosas. Ah el sexo benefactor y fértil como una mañana ardiente.

Allá ellos.

1 comentario:

  1. Para qué abrir la ventana, si se puede contemplar una imagen mejor reproducida de la impresión que nos puede causar el "no" abrir la ventana.
    Y para qué hacerle caso a lo que dicen.. sí lo más importante no es lo que se escucha, ni lo que se ve, ni lo que se toca, ni lo que se prueba, sino más bien es lo que se siente.. prueba de las impresiones de sensación.

    Saludos mi Pi (: me tiene medio chaladito el pensar mucho, quiero verte >.< Tequiero (:

    ResponderEliminar